lunes, 27 de agosto de 2012

Modernismo


Según estimación cronológica se ubica entre 1885 y 1915. Esta vanguardia, en consecuencia, es al mismo tiempo una corriente del siglo XX. El refinamiento y aristocratismo de su gusto en el período más típico no podrían explicarse, evidentemente, sin tener en cuenta que la corriente refleja en buena parte ese atardecer lleno de oro que fue el fin del siglo europeo.
El movimiento se manifestó antes en el norte de América (Cuba, México, Colombia) que en el sur, donde asumió fuerza triunfal a partir de la llegada a Buenos Aires de Rubén Darío, el orientador indiscutido del Modernismo, aunque haya rechazado con firmeza esta condición.
La corriente trajo consigo un papel de privilegio para el escritor americano. La importancia del periodismo permitía al escritor vivir de su vocación; el servicio diplomático solía ofrecerle buenas remuneraciones y largos ocios; además de la oportunidad de estar en Europa. El “museo imaginario”, como lo diría Malraux, era en estas tierras tan rico como e n las capitales del viejo mundo porque podía leerse cualquier novedad; estos países tuvieron capacidad suficiente para soportar lo denuestos al “burgués”, las poses de”dandy”, agresivas y exhibicionistas y el exotismo.
Reclamado por muchas extravagancias (la mayoría fruto de haber dejado atrás la América lugareña) el modernismo fue algo mucho más serio de lo que actitudes individuales parecen sugerir. En lo literario aunque es difícil reducir a fórmulas el anarquismo estético de los poetas mayores, supuso una reacción contra el romanticismo. El poeta de la nueva época no cree ya en la palabra como instrumento para comunicar exclusivamente emociones: quiere que ella sea sonido y color, busca sus valores musicales y plásticos. En Francia, precisamente, dos corrientes del siglo XIX habían explorado estas virtualidades del lenguaje lírico, y de ellas se nutrió en buena parte le Modernismo. Se trata del Parnasianismo y el Simbolismo.
La sobriedad y las delicadezas de una poesía que, deliberadamente, renuncia a ser mera expresión de sentimientos: esto es lo que bebió el modernismo en sus fuentes europeas. Se suelen entender que hasta 1896 (fecha de publicación de “Prosas Profanas” de Rubén Darío) se desenvuelve el pre-modernismo o la “primera generación modernista”. Los autores destacados de este momento son: José Martí héroe de Cuba, el mexicano Gutiérrez Nájera, el colombiano José Asunción Silva y el peruano Julián del Casal: hombres todos nacidos al norte del ecuador.
Con “Prosas Profanas”, el modernismo alcanza su expresión más típica y definida, aunque no la más madura ni poética.
El nicaragüense sólo ve tema americano, por ahora, en los tiempos precolombinos. Rechaza el país y el tiempo en que le tocó nacer y añora las cortes, especialmente Versalles. “Prosas Profanas”, libro perfecto pero vacío según a dicho Octavio Paz, refleja la tendencia modernista a concebir el mundo como un brillante espectáculo en que todo es oro y sedas. El solo transcurrir del tiempo transformó profundamente a Darío y, en consecuencia, a su poesía. “Cantos a la vida y esperanza” de 1905; el “Canto errante” de 1907, y “Poema de otoño” de 1910 son sus libros mejores: los que recogen una profundidad de alma y una sencillez de expresión que era sana y necesaria, después de tanto refinamiento. La madurez de Darío coincide con un tercer período modernista, iniciado en 1905.
La generación del 900 en Uruguay fue la más cumplida y cabal manifestación modernista.

"Lo Fatal" de Rubén Darío es un claro ejemplo de este movimiento:
http://www.elcanonliterario.com/index.php?option=com_content&view=article&id=87:ruben-dario-lo-fatal&catid=103:modernismo&Itemid=106

Letrismo


Desenvuelto con posterioridad al fin de la Segunda Guerra Mundial, entre 1945 y 1948, fue el último extremo a que pudo llegar la orientación negativa iniciada en la lucha de Tristán Tzará contra todo lo que existe (Dadaísmo). En esta corriente, fundada en París por el rumano Isidoro Isou, se descarta ya a la palabra como elemento poético, para pasar a la letra. De los morfemas, pues, a los fonemas; quitando así al lenguaje toda posibilidad “referencial”. Algo similar a esta experiencia fue el concretismo en la poesía brasileña: Decio Pignatari, Haroldo de Campos y Ronaldo Azevedo ya no creían en el verso como unidad rítmica o formal; todo se centraba, para ellos, en el espacio gráfico de modo que el movimiento regresaba a los ya antiguos “caligramas”.

Ultraismo


 El ultraísmo es una palabra de contenido impreciso, aparece con frecuencia en los escritos juveniles de Cansinos Asséns, y se adopto al fin como término para designar a un aspecto de la vanguardia en España.
“Ultra” equivale a “máximo” o “culminación” de algo, y se buscaba aquí el desarrollo pleno de las mismas notas que se han venido observando en las otras corrientes europeas: sobrevaloración de la imagen, su presión de la anécdota y lo narrativo, su presión de lo sentimental, salvo si aparece irónicamente enlazado con el mundo moderno. Ritma y puntuación desaparecen y el ritmo, en lugar de procurar la continuidad tradicional, se adapta a cada instante.
De Torre, que fue un integrante del movimiento, señala lo ocurrido en 1920, cuando después de la extensa fusión de poesía y pintura, cada arte volvió a reivindicar su autonomía: en la poesía casi quedó solamente en pie la imagen, de modo que la síntesis sustituyo al desarrollo como fórmula expresiva. Jorge Luis Borges, tentado en su juventud por esta vanguardia poética, lo comprendió muy pronto, “la desemejanza raigal que media entre la poesía vigente y la nuestra es la que sigue: en la primera el hallazgo lírico se magnifica, se agiganta y se desarrolla; el segunda se anota brevemente” escribe Borges.

Imaginismo


Surgió en Inglaterra y tuvo, como era de esperarse influencia en Estados Unidos.
“Presentar una imagen; de aquí el nombre de imaginistas. No somos una escuela de pintores, pero creemos que la poesía debe reflejar exactamente lo particular y no tratar de generalidades, por muy magnificentes y sonoras que sean”.
“No insistimos en el verso libre como único método de escritura poética”. El acento quedaba puesto más bien en la importancia del ritmo, a través de este verdadero aforismo: “en la poesía, una nueva cadencia significa una nueva idea”.


Surrealismo


Una de las vanguardias más poderosas y de mayor influencia, incluso en el área de literatura latinoamericana. La palabra, sin embargo, tiene sentido en lengua Francesa “sur-realisme” y debería ser traducida por “superrealismo”, para indicar claramente que este movimiento se propone estar más allá, o por encima, de la realidad.
Posee la misma agresividad, en cuanto a lo social respecta, que el Dadaísmo. Pero tuvo más en claro que éste el contenido de su programa de acción creadora.
Fusión de "El hijo del hombre" y "La gran guerra de fachadas" de René Magritte

El movimiento produjo tres manifiestos: 

·1924: Es el que mejor define a la corriente.
·1930: Al propiciar las relaciones del movimiento con el comunismo dividió irremediablemente al grupo.
·1942: Fue un infructuoso intento de revitalizar un movimiento que, hacía 1939, había perdido su condición de punta de lanza e importaba más por su influencia fuera de Francia que en el país de origen.

El primer manifiesto define al Surrealismo en los términos siguientes: “Automatismo psíquico puro, por el cual se intenta expresar verbalmente, sea por escrito, sea de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral”. La “ausencia de todo control ejercido por la razón” debía traducirse en la “escritura automática”, experiencias siempre un poco forzadas, porque el escritor no puede anular la conciencia de estar escribiendo.

Los puntos clave de la estética Surrealista:

a- Fusión de la realidad y el sueño, para alcanzar una sobre-realidad. En lugar de tomar al sueño como símbolo válido para el hombre (como propuso Freud), creen en su absoluta singularidad. Aceptan pues, de Freud, no el método sino la mitología.

b- Esta fusión debe significar una nueva forma de conocimiento, experiencias sin la cual la propia expresión “Surrealismo” dejaría de tener sentido.

c- Del nuevo conocimiento deberá surgir una nueva ciencia, una nueva moral y una nueva belleza, de modo que el Surrealismo desborda el campo de lo meramente estético.

d- Es necesario ir al conocimiento por la vía del desconocimiento; es decir, vivir el ser pero no lúcidamente, sino en el estado de mayor alienación posible. “Yo persigo un desorden razonado de todos mis sentidos”, había dicho Rimbaud .

e- Los caminos hacía el desconocimiento son lo inconciente, lo onírico, la magia, la infancia, el automatismo psíquico, demencia, los estupefacientes, el humor, el amor, el culto de lo instantáneo y el ver a los objetos como mitos.

f- El Surrealista debe escribir sin conciencia de que escribe.

g- La poesía debe procurar “la estupefaciente imagen”. Paul Elvard aconseja “desensibilizar el universo” y el Surrealismo, en general, quiere una imagen que equivalga a un regreso al caos.

Dadaísmo


Este movimiento fue algo inesperado en el espíritu francés y significó el encuentro con la nada.
Tiene su origen Zurich, en 1916 con la fundación del café
Voltaire. En 1919 Tzará llega a París, y comienzan a multiplicarse los festivales, las revistas, los boletines y las hojas sueltas dadaístas.
El tono fue siempre el mismo; “No más pintores, no más literatos, no más músicos, escultores, religiones, republicanos, monárquicos, imperialistas, anarquistas, socialistas, bolcheviques, políticos, proletarios, demócratas, burgueses, aristócratas, ejército, policía, patria; en fin, basta de todas esas imbecilidades. No más nada, nada, nada. De esta manera esperamos que la novedad llegará a imponerse menos podrida, menos egoísta, menos mercantil, menos inmensamente grotesca”.
“Las obras maestras dadás no deberán durar más de cinco minutos” según se lee en una proclama.
Se reconoce a Tristán Tzará como el propulsor de esta vanguardia.
“Dadá” no significa nada; y posee múltiples acepciones en variados idiomas.
Por que se revela que el vocablo no tiene ninguna concreta y fija “traducción”.
La corriente se caracteriza, en efecto, por el correspondiente y correlativo espíritu de destrucción: “Negación de la familia es dadá; dadá, abolición de la lógica, danza de los impotentes de la creación; dadá, abolición de la memoria, dadá, dadá, dadá”.
Aunque Tzará proclamó que “el estado natural del hombre es dadá”, hacia 1921 el movimiento ya había desaparecido.

Cubismo


En principio fue una vanguardia remitida a la pintura al punto que las aproximaciones a la literatura han sido más bien tentativas y de resultados parciales.
"El Guernica", el cuadro símbolo del horror de la guerra civil Española y el bombardeo del 26 de abril de 1937 a la cuidad vasca Guernica. 
 En lo que refiere a las artes plásticas, en 1907, se destaca Pablo Picasso por denotar en sus obras una geometría bárbara y una deliberada y sistemática deformación.
En la literatura, por otra parte, supuso también la combinación de formas discontinuas, lo que implicó la destrucción del discurso y de la regularidad métrica.
La “realidad intelectual” sustituyó a la “realidad sensorial”, y la obra de arte se juzgó valiosa en sí misma, “no por las confrontaciones que puedan hacerse con la realidad”.
Lo anecdótico y descriptivo quedan reemplazado por el fragmentarismo y la elipsis.

Expresionismo


 Se desarrolló en Alemania entre 1910 y 1933. La llegada del Nacionalismo al poder alrededor de esos años marcó el fin de la vanguardia y los artistas que simpatizaban con ésta fueron perseguidos.
El expresionismo nació, en principio, como manifestación de dos grupos de pintores: “El Puente” y “El jinete azul”. Wasili Kandinski y Paul Klee representan ese máximo de intensidad del color que caracteriza a la corriente, y que reconoce su antecedente en las telas de Van Gogh. Como la vencindad de las palabras invita irremediablemente a ello, el Expresionismo suele definirse en comparación con el Impresionismo. Este es, todavía, un arte figurativo: reproduce sensaciones ópticas aunque la visión no tenga la nitidez propia del arte clásico. El Expresionismo supone un paso más: se independiza de la realidad y, si toma sus materiales, los convierte en sustancia animada, construida y patética. La intensión es, precisamente, obtener de las cosas un grado máximo de “expresividad”. En el plano de la Literatura, esta vanguardia guarda alguna relación con el gótico y el barroco (estilos de extrema tensión y ansiedad comunicativa) y con el “Stum und Drang” el romanticismo inicial en las letras alemanas, caracterizado por la vehemencia y la inmoderación.
El expresionismo tiene un gusto sado-masoquista por lo catastrófico. En base a esto, no es de extrañar que la preocupación de la poesía expresionista haya sido la Primera Guerra Mundial. Pero el movimiento también se vio reflejado en la narrativa y no es ajeno a su influencia ninguno de los grandes novelistas en lengua alemana del período (por ejemplo Kafka).

Futurismo


Aunque hoy aparece remoto y sin vigencia alguna, fue el primer movimiento de vanguardia. Su conductor, el italiano Marinetti, recorrió buena parte de Europa y América haciendo oír si palabra profética, en la cual se encerraban las claves de la estética para los tiempos a venir. Creyó en el mito moderno, y ayudó a forjarlo. El “manifiesto del futurismo” apareció en “Le Figaro” en Paría en 1909. Las ideas que más resaltaban dentro del mencionado manifiesto “Queremos cantar el amor del peligro, del hábito de la energía y la temeridad” se lee. A la “inmovilidad pensativa, al éxtasis y al sueño”, opone al futurismo “el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso, el puñetazo y la bofetada”. El nuevo gran valor es “la belleza de la velocidad”, de modo que, “un automóvil de carrera es más hermoso que la Victoria de Samotracia”.

Los apóstoles del nuevo credo artística desprecian a los adoradores de la luna y glorifican la guerra, llamándola “única higiene del mundo”. Con respecto a la tradición, especialmente en lo cultural dicen “Lanzamos en Italia este manifiesto de videncia incendiaria y arrebatadora, basado en el cual fundamos hoy el Futurismo, porque queremos librar a nuestro país de la gangrena de profesores, arqueólogos, cicerones y anticuarios”.
En el 1912 publican el “manifiesto técnico de la literatura futurista”, que avanza ya la aventura de una “imaginación sin hilos”, o sea, sin los nexos del pensamiento lógico y propone una manera de escribir que será un aspecto utilizado por otras corrientes. Propone destruir la sintaxis, utilizar los sustantivos al azar; el verbo, sólo en infinitivo, para que comunique “el sentido de la continuidad de la vida”; se prohíbe la implementación de los adjetivos puesto que el matíz presupone la pausa y la meditación; supresión de expresiones comparativas (“como”, “parecido a”, “similar a “) porque traban la “velocidad aérea”. Quedaba sancionado además, el uso de cuatro o cinco tintas diferente, las líneas verticales, oblicuas o circulare, los paréntesis, las llaves y cualquier otro tipo de innovación tipográfica.
El Futurismo, representó en síntesis, una especie de semilla para las corrientes posteriores.

Vanguardias


    Las vanguardias o los “ismos”

Con la ingenua metáfora castrense; es decir, tomada de la vida militar, se designaron a sí mismas una serie de corrientes literarias que sacudieron el panorama europeo desde antes de la Primera Guerra Mundial hasta los primeros años de la Segunda Post-guerra. Ya que todo el mundo ha reconocido bélica del término “vanguardia”, corresponde tener en cuanta que su solo uso supone la existencia de una retaguardia; en tanto los “ismos” se proclaman representantes auténticos de la vida contemporánea.
Se reconoce un clima de Internacionalismo derivado del rechazo de todas las tradiciones locales.
“Todas las vanguardias fueron, en su momento, esencialmente teorías, por lo cual es típico en ellas el “manifiesto”, o programa de principios, que ha menudo ha terminado por sustituir a las obras mismas producidas por la corriente, como consecuencia de lo dicho, el primer medio siglo se define casi mejor por los movimientos que por las figuras aisladas; ente de la entre-guerra, en fin, los propósitos no excedían los límites del Arte, en tanto, luego fue haciéndose cada vez más evidente la intencionalidad político-social”.

Siglo XX



El siglo XX representa una “mutación” para toda la sociedad de la época; hay un cambio en todos los aspectos de la vida de todo el mundo.
Surge una Angustia del hombre, la cual no debe ser ajena a la imperfección con que se ha cumplido el mencionado cambio.
Los parámetros de ésta angustia aparecen plasmados en los estudios de la Literatura actual. Entre ellos puede destacarse que: Dios ha muerto y la razón está por todas partes cuestionada y nadie cree en ella con demasiada fe. Esto lleva a un descreimiento total. (Ni fe ni razón). A su vez; el hombre y la historia se han vuelto ininteligibles, el hombre se mueve en una “vacía libertad para morir” y se encuentra preso de una “pasión inútil” (J.P. Sartre). Sin embargo, uno de los aspectos más destacados es la revelación de todos “nuestros monstruos” de modo que la sexualidad asoma detrás de cada cosa pura, incluyendo el Arte, el afán de justicia suele disimular el resentimiento y el deseo de venganza. Hay formas de “sabiduría”  que son infelices disfraces de cobardía; la creación se manifiesta a menudo como una forma de agresividad y la cultura, como la moral, son en buena medida  mistificaciones.
En este momento el hombre no reconoce la “realidad” y se muestra indiferente ante la nueva imagen del universo; el arte, por su parte, se muestra como barómetro de las grandes transformaciones subterráneas. El Arte, pues, estará por todas partes sacudido por las consecuencias de una nueva visión y/o concepción del mundo físico.
El Arte actual sería la inhumanización del mundo, y no resulta extraño que la relación entre el artista y el público gire en torno a una permanente desinteligencia. Amor y destrucción- viejas claves del pensamiento griego- explican la contradicción contemporánea desde la perspectiva de la soledad de cada hombre.
La angustia existencial del hombre del siglo XX está íntimamente ligada al concepto de libertad. “(...) con el auge del existencialismo, la hora de la libertad es todas y cada una de las horas. Porque el hombre no tiene ninguna esencia y es solamente su existencia. A cada paso, pues, tiene que elegirse, tiene que optar, poniendo en obra su facultad de ser libre, con toda la angustia que conlleva la necesidad de elegir, porque siempre será más fácil que otros elijan por nosotros. Pero el existencialismo sabe que no hay decisiones ajenas: el hombre es sus circunstancias, vale decir, algo incesantemente distinto e imprevisible. Seamos o no concientes, algo de todo esto está en juego cada vez que hoy por hoy se oye el consabido y adorable afán de “realizarse a sí mismo”. Y también por este camino, en fin, el hombre actual alimenta a la vez su angustia y su orgullo”.

"Al Lector"


"La estupidez, el error, el pecado, la angurria,
ocupan nuestras almas, trabajan nuestros cuerpos,
y alimentamos nuestros blandos remordimientos,
como los pordioseros nutren a sus gusanos.


Nuestros pecados, tercos; nuestro arrepentir, débil;
con creces nos hacemos pagar las confesiones,
y volvemos alegres al camino fangoso,
creyendo nuestras manchas lavar con viles lloros.


En la almohada del mal es Satán Trimegisto
quien largamente acuna nuestro encantado espíritu,
y el precioso metal de nuestra voluntad
íntegro lo evapora este sabio alquimista.


¡Es el diablo quien tiene los hilos que nos mueven!
Atractivo encontramos en cosas repugnantes;
cada día al infierno descendemos un paso,
sin horror, a través de tinieblas que apestan.


Cual pobre depravado que besa y que devora
el seno flagelado de una antigua ramera,
robamos al pasar un placer clandestino
que muy fuerte exprimimos como naranja vieja.


Apretado, hormigueante, como un millón de helmintos,
un pueblo de demonios se harta en nuestros cerebros,
y cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
baja, invisible río, con apagadas quejas.


Si el estupro, el veneno, el puñal, el incendio,
no bordaron aún con graciosos dibujos
el banal cañamazo de nuestro ruin destino,
¡ay! es que nuestra alma no es bastante atrevida.


Pero entre los chacales, las panteras, las perras,
los buitres, las serpientes los monos y escorpiones,
los monstruos gruñidores, aullantes, trepadores,
en el infame circo de nuestros propios vicios,


hay uno que es más feo, más malo, más inmundo!
aunque no gesticulo y no profiera gritos,
haría con placer de la tierra una ruina
y en medio de un bostezo se tragaría al mundo;


¡Es el TEDIO! -los ojos cargados de un llanto involuntario,
él sueña con patíbulos mentiras fuma su pipa.
Tu conoces, lector, al monstruo delicado,
-hipócrita lector, -mi prójimo, -mi hermano!"

                                             Charles Baudelaire, "Las Flores del Mal"



Las Flores del Mal



"Les Fleurs du mal"


-Primera edición 1857
El nombre original era "Los limbos" o "Las lesbianas"
-Segunda edición 1861 que incluye 35 nuevos poemas.Estructura y ordenamiento definidos.
-Tercera edición 1868.


La obra aspira a ser un arte universal, cantar los sentimientos más generales y compatibles (el amor, la familia, la patria) y al mismo tiempo reclama el derecho a lo individual, al lirismo personal, a lo íntimo, a la expansión del corazón y afirma la soledad.
Es una estupenda y entusiasta afirmación de la vida, de las fuerzas ocultas de la naturaleza, que llega hasta la exaltación dionisíaca.
El hombre es valorado por su historia personal, por su destino único e irrepetible, pero también se es consciente de enormes poderes supraindividuales que lo asechan.
Se valoriza el arte como tal pero también se reconoce el trabajo del creador; se rinde culto a la belleza, pero también se descubre la responsabilidad social del escritor su misión educadora y civilista. El romántico se pierde en su poesía vislumbrando las verdades que ha podido alcanzar.


"Las Flores del Mal" se publican en el período en que aparecen las obras poéticas más maduras de este movimiento.


DIVISIÓN DE LA OBRA:


1er Grupo: "Spleen e Ideal" Expresa la condición real humana del autor. El poeta, a través del Amor y del Tedio llega a la "conciencia del mal"


2do Grupo: "Cuadros Parisinos" (18 poemas) El poeta contempla la ciudad y sus habitantes, deja de ser el hurgador de sí mismo para adoptar la actividad de un testigo de las calles de París, de los viejos, los ciegos, los borrachos. Descubre en el exterior el reflejo del problema esencial de la condición humana: el MAL.


3er Grupo: "El Vino" (5 poemas) Es un intento de huida de los "paraísos artificiales", que no pueden conducir más que al fracaso.


4to Grupo: "Las Flores del Mal" (12 poemas) Entrega a la fascinación del espíritu destructor, se constutuyen en la predicaciones del mal.


5to Grupo: "Rebelión" (3 poemas) Rebelión sarcástica contra Dios.


6to Grupo: "La Muerte" (6 poemas) Sólo cabe buscar el reposo en la muerte, en lo absolutamente desconocido. Muerte de los protagonistas (los artistas, los amantes, los pobres, etc) y comienzo del gran "viaje", más allá de la vida, hacia lo "nuevo".

C. Baudelaire


Charles Pierre Baudelaire

Nace el 9 de abril de 1821 y muere el 31 de agosto de 1867.
Fue un poeta,crítico de arte y traductor francés. Fue llamado poeta maldito, debido a su vida de bohemia y excesos, y a la visión del mal que impregna su obra.


ESTÉTICA Y LITERATURA EN EL AUTOR:


      Charles Baudelaire posee un doble aspecto de interés. Por un lado como ocaso del Romanticismo y como puente, por otro, hacia la Literatura Simbolista.
En su concepción del Spleen, asco de sí mismo o hastío; Baudelaire se aleja del romanticismo y se acerca a la poesía pos-romántica.
Para el autor el poeta es un ser sufriente y agobiado, que está rodeado de sordos oídos y pétreos espíritus. La muerte y el bucear en el mal se vuelven para Baudelaire medios para escapar del Tedio. El poeta se transforma entonces en un Descifrador, en un traductor que ve allí donde los demás están ciegos.
Para el autor es la Imaginación, la Fantasía y el Sueño el manantial de inspiración; y en este sentido es un claro antecedente del Surrealismo. Vincula la matemática y la música. Es quien incorpora además sabiamente a la crítica y a la poesía la tarea literaria como construcción consciente, la palabra adquiere un valor especial por sí misma y en asociación con los demás del enunciado.
"El Mal,-dirá Baudelaire- se hace sin esfuerzo, naturalmente, el bien es siempre producto de un arte".
      Baudelaire persigue un ideal estético basado en la originalidad creadora, la búsqueda de una poesía autónoma y visionaria al servicio exclusivo de la revelación y evocación del ritmo misterioso y esencial del universo, de la armonía ideal e inefable con la que sueña la sensibilidad profunda del hombre en su deseo por recuperar la inocencia primordial, la plenitud perdida.
Entiende la creación artística desde una metodología creativa y/o analítica que, en sus propios términos conceptuaríamos de analógico-místico. Lo demás; la disposición, la estructura, el uso certero de los materiales sólo son condición necesaria para la conformación final del producto. Rechaza profundamente al realismo y propone una estética de intuición y de la imaginación individual.
Dentro de la estética de trabajo del autor se destacan ciertos aspectos románticos como la Sed de Ideal, la nostalgia de la vida anterior o del paraíso perdido, y el sentimiento de la constante insatisfacción. También se reconoce cierta necesidad de exotismo y de voluptuosa inocencia en ruptura con la monotonía del aquí y ahora. Está presente el tema romántico de la "rebeldía" que Baudelaire va a orientar hacia el dandismo refinado y distante o hacia el satanismo blasfemo, como provocación irónica y sutil.
      De acuerdo a lo enunciado por el poeta, el Arte como tal, ni imita ni reproduce lo que existe en la Naturaleza, sino que la obra es resultado de una organización subjetiva, de una visión interior. La obra de arte responde a una labor de idealización que transforma lo natural en "supranatural".En pocas palabras "el arte vale por sí misma". La obra de arte es por un lado una actividad íntima y personal de evocación, una lectura simbolista e imaginativa de la relación entre el "yo" y el mundo.
Baudelaire defiende una poesía que sea principalmente poesía, que está concentrada en la expresión y la búsqueda de una sensación de Belleza. La belleza proviene de la imaginación. A su vez, es esta última la que otorga valor a las cosas. Toda facultad humana está bajo ella.
Preconiza el trabajo organizador del artista y la sensibilidad constructora de la imaginación.
El Arte y la Poesía, como expresión estética del misterio de la vida, son algo abierto y universal. El verdadero artista no puede limitarse a tratar un número reducido de temas, tiene que ser sensible a todos los aspectos y contradicciones de la existencia humana desde lo visible hasta lo invisible desde el cielo hasta el infierno.
La verdadera poesía será siempre diferente de la ciencia porque el objetivo y el carácter de la poesía es, según dice Baudelaire, extracientífico.



"Canto a(de) mi mismo"


POEMA I
CANTO A(DE) MI MISMO

"Me celebro y me canto a mí mismo
Y lo que yo me atribuyo puedes
atribuírtelo tú,
Pues cada átomo mío te pertenece también
a ti.
Vago e invito a vagar a mi alma,
Me reclino y vago a mi antojo,
contemplando la hierba estival.

Mi lengua, cada átomo de mi sangre,
nacida en este suelo, surgida de este
aire,
Nacido aquí de padres y abuelos
también aquí nacidos.
Yo, a los treinta y siete años, y en perfecta
salud, comienzo mis cantos,
Esperando no cesar hasta la muerte.
Escuelas y credos en suspenso,
Me retiro de ellos, satisfecho en lo que
son pero sin olvidarlos;
Albergo el bien y el  mal, permito hablar
a todos los azares.

A la Naturaleza sin freno, con toda su
energía original".

Walt Whitman


RESEÑA BIBLIOGRÁFICA:

Desde niño leyó con avidez los clásicos, interesándose muy especialmente en Goethe, Hegel y Emerson, quienes se convirtieron luego en su fuente de inspiración. Abandonó los estudios básicos para emplearse como ayudante de imprenta y más tarde ofició como maestro y periodista, escribiendo artículos para diversas revistas y periódicos.
En 1850 se trasladó a New Orleans para trabajar en el campo de la construcción. Cinco años más tarde, tras un gran esfuerzo económico, publicó su famosa obra "Hojas de hierba", alabada en todos los medios literarios y reeditada un  sinnúmero de veces.
Durante la Guerra Civil norteamericana sirvió como ayudante de enfermería. Al terminar el conflicto continuó añadiendo poemas para las nuevas ediciones de su obra y escribiendo ensayos de contenido político.
Aquejado por varias enfermedades, se estableció en New Jersey donde falleció   en marzo de 1892.



El Romanticismo en la pintura.



"El caminante sobre el mar de nubes" (1817-1818) Caspar David Friedrich

Romanticismo


ROMANTICISMO

         La base del término se remota al francés “roman”, es de ahí de donde surge el adjetivo inglés “romantik” que significa emocionante. Se difunde por Francia como palabra inglesa; luego Alemania: “die romantik” que se traduce como El Romanticismo.
Schegel difunde el término como nombre del nuevo movimiento.

         El romanticismo es un movimiento cultural que surge a fines del siglo XVIII en Alemania; desde allí se difunde a principios del siglo XIX por el resto de Europa; pero los primeros indicios aparecen en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. El comienzo de este movimiento implica, a su vez, una ruptura de la teoría de la imitación que se venia profesando hasta entonces. El Romanticismo es a la cultura lo que la revolución industrial fue a la ciencia y la tecnología; y lo que la revolución francesa fue a la política y los demás aspectos sociales y de derechos humanos.
         El Romanticismo encuentra su auge entre 1800 y 1830 en Inglaterra, Francia e Italia en donde se consolidan los conceptos, luego se halla en un período de estancamiento o decadencia desde 1830 a 1848. Desde este año hasta el 1865 se reconoce el llamado Romanticismo tardío o neo-romanticismo.
         La literatura rompe con los preceptos aristotélicos y del clasicismo, en especial con las tres unidades. El escritor Romántico se acerca al cosmos de ultratumba, a lo fantástico, a lo satánico; la noche es su compañera. Huye al pasado, la Edad Media, a los castillos góticos, etc.
         El Romanticismo no fue sólo un movimiento literario, sino un total del espíritu occidente, en el que se retomaron aspectos del ámbito medieval y renacentista pero, con más fuerza, prescindiendo de cuan tangible fuese la realidad social, natural y proclamando la libertad y soberanía del espíritu creador por encima de todas las cosas.
Principales conceptos que se destacan en este movimiento:    
·        El Amor dual (salvación / perdición).
·        Predominio de los sentimientos ante la Razón.
·        Defensa de la Libertad. (este sentido que se le otorga a la Libertad se hereda de las revoluciones Burguesas).
·        Rechazo por lo artificial o manufacturado (el romántico se opone a la cuidad).
·        Rechazo del mundo onírico / sensorial.
·        Naturaleza como refugio e integración.
·        Artista como “agente” divino.
·        Gusto por el medioevo.
·        Atracción hacia lo oscuro y mágico.
·        Defensa de lo popular (arte y folclore, rescate de leyendas de los pueblos).

Características predominantes del movimiento:
·        Predominio de la Subjetividad.
·        Exaltación del “yo” e introspección (mirada hacia adentro).
·        Importancia de la naturaleza.
·        Pasiones exaltadas (ej: Amores tormentosos).
·        Movimiento de rechazo ideológico ante la Ilustración y la civilización moderna.
·        Privilegio de Fantasía.
·        Tradicionalismo.
·        Búsqueda constante de Libertad auténtica (dignidad y derecho)
·        Evaluación de la realidad. Sienten que no tendrían que haber nacido en esa época, pero no tienen salida.
·        Rupturas: Fusión de métrica y rima. Nacimiento de la prosa poética. Finales abiertos, etc.
·        Artista “creador” (la visión del Artista y de la obra que crea, cambia con el Romanticismo). El Artista se considera un Dios por poseer el “don” creativo.
·        Concepción innovadora, desplaza el concepto de mimesis (imitación) clásico en la actividad literaria.
·        Individualismo.