Aunque hoy aparece remoto y sin vigencia alguna, fue el primer movimiento de vanguardia. Su conductor, el italiano Marinetti, recorrió buena parte de Europa y América haciendo oír si palabra profética, en la cual se encerraban las claves de la estética para los tiempos a venir. Creyó en el mito moderno, y ayudó a forjarlo. El “manifiesto del futurismo” apareció en “Le Figaro” en Paría en 1909. Las ideas que más resaltaban dentro del mencionado manifiesto “Queremos cantar el amor del peligro, del hábito de la energía y la temeridad” se lee. A la “inmovilidad pensativa, al éxtasis y al sueño”, opone al futurismo “el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso, el puñetazo y la bofetada”. El nuevo gran valor es “la belleza de la velocidad”, de modo que, “un automóvil de carrera es más hermoso que la Victoria de Samotracia”.
Los apóstoles del nuevo credo artística desprecian a los adoradores de la luna y glorifican la guerra, llamándola “única higiene del mundo”. Con respecto a la tradición, especialmente en lo cultural dicen “Lanzamos en Italia este manifiesto de videncia incendiaria y arrebatadora, basado en el cual fundamos hoy el Futurismo, porque queremos librar a nuestro país de la gangrena de profesores, arqueólogos, cicerones y anticuarios”.
En el 1912 publican el “manifiesto técnico de la literatura futurista”, que avanza ya la aventura de una “imaginación sin hilos”, o sea, sin los nexos del pensamiento lógico y propone una manera de escribir que será un aspecto utilizado por otras corrientes. Propone destruir la sintaxis, utilizar los sustantivos al azar; el verbo, sólo en infinitivo, para que comunique “el sentido de la continuidad de la vida”; se prohíbe la implementación de los adjetivos puesto que el matíz presupone la pausa y la meditación; supresión de expresiones comparativas (“como”, “parecido a”, “similar a “) porque traban la “velocidad aérea”. Quedaba sancionado además, el uso de cuatro o cinco tintas diferente, las líneas verticales, oblicuas o circulare, los paréntesis, las llaves y cualquier otro tipo de innovación tipográfica.
El Futurismo, representó en síntesis, una especie de semilla para las corrientes posteriores.
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